Montevideo, 25 de mayo de 2022

Quisiera compartir lo que fue esta primera experiencia con mujeres migrantes. Fue algo que hace tiempo teníamos ganas de poder realizar pero la pandemia, como tantas otras cosas, no nos había permitido hacerlo. Fue una experiencia maravillosa, desde el primer momento se dio una comunicación espontánea muy linda compartiendo, por ejemplo, recetas de cocina en lo cual muchas de ellas lo disfrutan mucho como algo que mantienen de su lugar de pertenencia y que pueden transmitir a otros como riqueza de su país.

La primer parte del encuentro consistió en una presentación de cada una con la consigna de que trajeran algo que las representara. A partir de ahí se dio un compartir muy lindo, expresando lo que sentían, de dónde eran, porqué habían migrado y qué esperaban de este tiempo en Uruguay. Fueron relatos muy conmovedores, que expresaban mucho sufrimiento por todo lo que habían pasado. Fundamentalmente transmitían que al estar aquí, lejos de su tierra y su familia, deseaban para ellas y sus hijos, poder salir adelante y lograr una vida mejor.

Nos quedamos en esa primera parte porque ellas necesitaban ese tiempo, tiempo de poder abrirse y compartir sus vivencias desde su singularidad pero a su vez junto con otras mujeres que han vivido situaciones similares y que se emocionaban al escucharse mutuamente. Fue un encuentro muy enriquecedor para todas que mostró las ganas de seguir encontrándose, de tener un espacio donde compartir más de sus vidas, de sus preocupaciones y de sus anhelos.

Dios quiera que éste sea el inicio de un camino para seguir recorriendo juntas, donde se pueda ir respondiendo a sus necesidades y deseos más profundos, que puedan desarrollar todo el potencial que tienen como mujeres y así realizarse más plenamente como personas.

Cecilia Maisonnave